La televisiones de nuestro país alardean de que están trabajando por la igualdad, sin embargo ninguna se niega a seguir emitiendo anuncios como este:
Desde muchas partes y desde este humilde blog pedimos la retirada de este anuncio, donde se ridiculiza a la mujer
Testado para chicos malos. Se ve perfectamente cómo un puñado de hombres -que son los únicos que hacen coches, los hombres- testan a prueba de novias locas el chasis y las ruedas. Pataditas ridículas, bolsazos inofensivos, portazos indignados. Porque así nos defendemos nosotras: muy cabreadas pero con cuidado de no hacer demasiado daño.
Y porque así son ellos, chicos malos. No lo pueden evitar, son muy canallas, muy machos, lo llevan dentro. No pueden tratarnos bien, no pueden no humillarnos, porque entonces no serían atractivos chicos malos sino tristes pusilánimes calzonazos. ¿Y qué mujer quiere algo así para ella? ¡Ninguna! Lo que nosotras queremos, y bien lo saben ellos -por eso no dejan de repetírnoslo, no sea que se nos olvide-, es a malotes con coches grandes que corran mucho, porque eso es una muestra de virilidad. Pero los coches potentes y grandes ya se venden solos, no necesitan de ninguna campaña que apele a su masculinidad, por eso Fiat ha decidido hacer este anuncio con el coche más pequeño de su gama; saben que muchos hombres no lo comprarán por no ser suficientemente imponente. Vamos, por ser un "coche de chica". Era necesaria esta campaña para cuidar la virilidad y la hombría de su clientela masculina y lanzar un mensaje que dejara claro que puede que el coche sea pequeño pero menudos machos lo conducen.
Esta vez la nueva canción de Don Omar, sigue la estela de otras tantas canciones machistas, en las que en su trasfondo expresa que, la mujer es propiedad del hombre.
Te quiero pa' mi Ya no aguanto las ganas de tocarte Pero en realidad somos amigos Y cada vez que trato de esquivarte Siempre apareces en mi camino Hagamos esto realidad Confieso que me gustas El tiempo nuestro es ya Te quiero solita pa' mi Pa mí, pa mí Te quiero solita pa' mi Pa mí, pa mí Sentirás lo que siento, si me besas Dime si es difícil llegar A tus sentimientos, que tanto piensas Por qué no, nos dejamos llevar Hagamos esto realidad Confieso que me gustas El tiempo nuestro es ya Te quiero solita pa' mi Pa mí, pa mí Te quiero solita pa' mi Pa mí, pa mí Por la vida entera, mami si supieras Que yo me la paso la noche en vela Si me deseas, como te deseo Terminemos de una vez con este juego Tu hermoso cuerpo
La película 'Figuras ocultas' despierta el interés por tres pioneras de la ciencia en la carrera espacial.
Cuando se encienden las luces después de la película lo único que quieres es saber más, saberlo todo, de tres mujeres a las que no conoces. Antes de los títulos de crédito que cierran Figuras ocultas, ellas, las auténticas Katherine Johnson,Dorothy Vaughan y Mary Jackson sonríen en sepia desde la Virginia de la segregación racial de inicios de los años sesenta del pasado siglo. Piensas (en realidad llevas pensándolo durante las dos horas de proyección) en cuatro cosas. Son mujeres. Son negras. Son científicas. Es 1961. Te quedas con una resultante: cambiaron su historia. Cambiaron la historia. Y no sabíamos de ellas.
Las horas siguientes las dedicas a buscar febrilmente documentos, artículos e imágenes de las tres figuras ocultas en un pabellón de la NACA (la agencia antecesora de la NASA) apartado del grueso de los hombres blancos en camisa blanca y corbata de pala estrecha. Trabajaban juntas en la West Area Computer Unit, la sección de “computadoras humanas” negras de la agencia espacial. Hacían cálculos matemáticos para liberar a los ingenieros de esas tareas antes de la llegada de los superordenadores. La unidad se creó en 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, en parte por la masiva movilización de los hombres. Las matemáticas estaban obligadas por la ley de Virginia a trabajar apartadas de sus compañeras blancas y a utilizar cantinas y baños separados.